El eucalipto no propagó el fuego

Fue el sospechoso número uno de la expansión de los incendios en Quito. Mientras se buscaban culpables por las más de 4 000 hectáreas perdidas en ocho provincias, algunos ecologistas apuntaron, no solo a los pirómanos, sino al eucalipto. Sobre este árbol que predomina en los bosques de la capital existen opiniones contrarias.
Hugo Navarrete, decano de Ciencias Biológicas de la PUCE, asegura que los incendios de bosques de eucaliptos son más fáciles de apagar que los nativos. “En un bosque nativo hay más biomasa porque existe más diversidad y, por ende, más combustión. Si los fuegos hubiesen sido en un bosque primario, hubieran sido más complicado controlar”.
El biólogo explica que los bosques nativos poseen vegetación baja y que en un incendio el fuego comienza a propagarse por debajo, porque hay más materia orgánica. “Primero se quema esa vegetación y luego sube hasta las copas de los árboles más altos”.
Los bosques de eucalipto se conforman solo de esta especie. La planta, como parte de sus funciones competitivas, segrega una sustancia que funciona como pesticida. Cuando las hojas caen al suelo impiden que otras especies crezcan junto al árbol.
Por eso la directora técnica del Jardín Botánico de Quito, Tatiana Jaramillo, cree que los eucaliptos son más perjudiciales que beneficios para este medio. “Como no están en su hábitat natural no pueden convivir con otras especies y desplazan a las nativas, además toman mucha agua del suelo, lo erosionan”, detalla.
Jaramillo piensa en que los aceites esenciales que contiene esta planta pudieron haber causado que se complique el control de las llamas. Navarrete, en cambio, recalca que, si es que de control de incendios se trata, el eucalipto es más fácil de controlar.
Otro experto que afirma que el eucalipto no se relaciona con la propagación de los incendios es Oswaldo Jadán. Es ingeniero forestal del Ministerio del Ambiente (MAE) y afirma que la rapidez con que se queme depende de la edad de la planta. “Una de 1 ó 2 años tiene tejidos blandos por eso se afecta más. Las plantaciones maduras de 15 años o más casi no se ven tan afectadas”.
Sobre la percepción de que el eucalipto es “malo” porque impide que otras especies crezcan, Jadán afirma: “Los ‘malos’ son los técnicos que los plantan donde no deben sembrarse”. Como absorbe mucha agua, no hay que plantarlos cerca de fuentes de líquido porque las secarán.
Él propone que se tome en cuenta los sitios donde sí se puede sembrar sin que afecte a otras especies: suelos degradados, los que no sirven para agricultura.
Felipe Segovia, ingeniero agropecuario involucrado durante varios años en temas de Biocomercio, opina que no se debe plantar más eucalipto en monocultivo para no impedir que las nativas desarrollen. La bióloga Susana León Yánez cree que se lo sigue más por comodidad porque crece rápido, no requiere mucho cuidado y hay más información disponible. “Falta información de otras especies, es por no darse el trabajo de aprender a cultivar y reproducir las nativas”.
Aunque tienen opiniones contrarias sobre otros aspectos del eucalipto, cinco expertos consultados coinciden en un punto: no se debería seguir sembrando el eucalipto sino pensar en una planta nativa que la reemplace.
El MAE, desde hace un año, tiene un programa de reforestación con fines de conservación en el que se promueve la siembra de especies nativas. Jadán recalca que en ningún programa del Ministerio se promueve la siembra de más eucaliptos. Al contrario, con Socio Bosque se incentiva a que se conserven los bosques primarios, secundarios y páramos donde no existe esta especie.
Una especie introducida en 1865
Durante la presidencia de Gabriel García Moreno llegó el Eucalyptus globulus. Fue introducido en 1865 por decreto presidencial, principalmente para leña y para obtener material de construcción.
Existen alrededor de 700 especies de eucaliptos y la mayoría es oriunda de Australia. Crecen en varios países.
Es una variedad que realiza poda natural.Su tronco muda de corteza y se regenera solo. No requiere demasiados cuidados del hombre. Cuando se tala el tronco y se deja solo la base, el árbol tiene la capacidad de volver a crecer. Nacen nuevas ramas y crece un nuevo árbol.
Las raíces de los eucaliptos pueden llegar a las capas freáticas de hasta 50 metros bajo tierra. Esto lo hacen para obtener el agua. En un día pueden absorber hasta 500 litros de agua. Por esta capacidad es que pueden secar los suelos de los bosques donde se encuentren.
Fuente: DiarioEl Comercio
http://www.elcomercio.com/sociedad/eucalipto-propago-fuego_0_780522079.html

 

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