El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, ha presentado la iniciativa de la Gran Muralla Verde para las Ciudades, cuyo objetivo es apoyar soluciones al cambio climático basadas en la naturaleza.
El Director General hizo el anuncio en vísperas de la Cumbre sobre la Acción Climática de esta semana en Nueva York, en un acto lateral organizado en coincidencia con elevento.
«La rápida expansión de las ciudades ocurre sin el diseño del uso de la tierra, y la presión humana resultante causa efectos ambientales muy dañinos a través de la tala o degradación de los bosques y otros espacios verdes en y alrededor de las áreas urbanas», advirtió Qu.
«El problema es especialmente grave -añadió- en las zonas áridas, donde se espera que los efectos del cambio climático aumenten la exposición de las ciudades y las zonas circundantes a sequías severas, tormentas de arena y polvo, olas de calor, vientos huracanados, inundaciones y deslizamientos de tierra». Esto, añadió, tiene efectos perjudiciales para millones de personas.
La Gran Muralla Verde para las Ciudades se basa en los progresos realizados en el ámbito del proyecto de la Gran Muralla Verde del Sahara y el Sahel, y supondría la creación de zonas verdes urbanas que se integrarían en actividades más amplias de restauración del paisaje.
La FAO, junto con sus socios, tiene como objetivo apoyar al menos a tres ciudades de cada uno de los 30 países de África y Asia, explicó hoy Qu en el acto paralelo sobre Soluciones basadas en la naturaleza (SbN) para las ciudades de la Cumbre sobre la Acción Climática.
Para 2030, esta ambiciosa iniciativa habrá ayudado a las ciudades a crear hasta 500 000 ha de nuevos bosques urbanos y a restaurar o mantener hasta 300 000 ha de bosques naturales existentes en las ciudades del Sahel y Asia Central y en sus alrededores.
Una vez terminada, la Muralla podría capturar entre 0,5 y 5 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) al año.
Esta gran infraestructura ecológica reducirá los costos de prevención y tratamiento de los efectos del cambio climático y mejorará el bienestar de los ciudadanos, según el Director General.
Si se gestionan de manera correcta, los bosques y árboles urbanos pueden hacer descender la temperatura del aire hasta 8 °C, rebajar los costes del aire acondicionado hasta en un 40 por ciento, reducir los flujos de aguas pluviales y mejorar la calidad del aire, filtrando el polvo y los agentes contaminantes.
Para 2050, el porcentaje de la población que vivirá en las ciudades será de casi el 70 por ciento, y gran parte de este crecimiento se producirá en África y Asia. Sin la planificación del uso de la tierra, la rápida expansión de las ciudades puede causar impactos ambientales muy negativos, incluyendo la degradación de la tierra.
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