La petrolera estatal ecuatoriana Petroamazonas dijo hoy que el año que viene comenzará a producir crudo en un yacimiento ubicado cerca de una importante reserva ecológica, que el Gobierno del socialista Rafael Correa busca proteger mediante miles de millones de dólares en ayuda internacional.
El bloque 31 está dentro del parque nacional Yasuní y a unos 100 kilómetros del proyecto «Ishpingo, Tambococha y Tiputini» (ITT), un gigantesco depósito de crudo en la Amazonía por el que Ecuador está pidiendo 3 600 millones de dólares en donaciones hasta 2024 para evitar su explotación. Algunos creen que el desarrollo de esta área petrolífera podría poner en peligro las contribuciones para la iniciativa de conservación Yasuní, una de las zonas con más biodiversidad del planeta, que hasta la fecha sólo ha logrado compromisos por 117 millones de dólares. «Pienso que no (debe afectar al proyecto ITT).
El bloque 31 ya era un proyecto que estaba en marcha desde hace muchos años atrás con otra operadora», dijo a periodistas el gerente general de la firma, Oswaldo Madrid, destacando que el ITT es una zona «más sensible» ecológicamente. El bloque 31, con reservas de unos 45 millones de barriles, fue concesionado originalmente a la petrolera brasileña Petrobras, que en 2008 lo devolvió al Estado en medio de roces con sectores ambientalistas y comunidades indígenas.
El directivo dijo que el proyecto entrará en producción durante el segundo semestre de 2013 con 18 000 barriles por día (bpd) para alcanzar un máximo de 25 000 bpd en 2014, un 20 por ciento menos de lo que inicialmente se había estimado. Petroamazonas calcula que la inversión total para el proyecto será de 560 millones de dólares, la mitad de la cuál se buscará mediante un crédito con bancos estatales locales o mediante la eventual participación de socios extranjeros.
Esta sería la segunda explotación petrolera en la reserva Yasuní, donde la hispano-argentina Repsol-YPF opera el bloque 16 con una producción de 45 000 bpd. Ecuador se comprometió a seguir las gestiones para evitar la extracción de los 1 000 millones de barriles de crudo pesado que yacen en el ITT, más del 10 por ciento de las reservas probadas del socio más pequeño de la OPEP.
El presidente Correa ha advertido que de no lograrse los objetivos de recaudación, la empobrecida nación andina procederá a su desarrollo, lo que liberaría unas 400 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera e interferiría en el delicado equilibrio ecológico de la reserva.
Fuente: www.elcomercio.com