La tala ilegal de árboles es asumida como una práctica relacionada con la corrupción y delincuencia organizada, y se convierte en ilegal al contravenir las leyes nacionales estipuladas en aquel sector.
La tala clandestina e ilegal de la que se habla es el impedimento para que las industrias madereras promuevan gestiones sostenibles de bosques. A más de ello, ha generado grandes pérdidas a los gobiernos de los países en que esta práctica se produce, así como los grandes perjuicios que ocasiona en el medio ambiente y biodiversidad.
Se conoce que, la explotación ilegal de los recursos naturales, incluidos los bosques, en algunos países se ha convertido en una amenaza tanto para el Estado de Derecho como para los principios democráticos y el respeto de los derechos humanos.
A partir de la Conferencia Ministerial de Indonesia en 2001, el proceso de elaboración de dicho Plan dio inicio, considerándose como una gran contribución para el plan de ejecución de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, inciso 45c en donde se menciona que buscan:
“Adoptar medidas inmediatas para hacer cumplir las leyes nacionales en materia de bosques y combatir el comercio internacional ilícito de productos forestales, incluidos los recursos biológicos, con apoyo de la comunidad internacional, y apoyar la creación de capacidad humana e institucional para hacer cumplir la legislación nacional en esos ámbitos.”
Este proceso podría llevarse a cabo en otras regiones del mundo, con el debido apoyo político y financiero de la Comisión europea y miembros de la UE. En Asia se incrementó el compromiso político para afrontar la tala clandestina y África está con el plan en marcha.
Tanto en África como en Asia se han tomado medidas en el aspecto legal más no en la sostenibilidad; es decir, que se puede talar bosques de manera legal, pero insostenible.
Ante ello, la UE promoverá la revisión del marco jurídico para mejorar el sistema de aplicación de leyes, las cuales deben conducir hacia una gestión forestal más sostenible dentro y fuera de las fronteras.
REDACCIÓN: Ecuador Forestal
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