Un nuevo y detallado mapa sobre la selva amazónica peruana muestra cuánto carbono se encuentra almacenado en la zona, así como los lugares donde la tala de vegetación envió esos gases de efecto invernadero a la atmósfera, dijeron el lunes científicos.
El mapa en tres dimensiones podría allanar el camino para un acuerdo internacional destinado a reducir la deforestación y la degradación de la selva, que representa hasta un quinto de los gases de efecto invernadero liberados por actividades humanas, de acuerdo a estimados de Naciones Unidas.
Negociaciadores sobre cambio climático han estado trabajando en un pacto internacional para controlar el calentamiento global, incluyendo una propuesta de la ONU conocida como REDD, siglas en inglés para Reducción de Emisiones a partir de la Deforestación y la Degradación forestal.
La propuesta se ha visto afectada por la dificultad de calcular cuánto carbono es retenido por las selvas para que no vayan a la atmósfera -dado que las plantas toman el dióxido de carbono y lo usan en el proceso de fotosíntesis- y cuánto contribuye la deforestación al liberar al aire estos gases almacenados.
Los detalles del nuevo mapa podrían ayudar a cambiar esto, dijo Greg Asner del Carnegie Institution for Science, principal autor del estudio que produjo el mapa. La investigación será publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences.
«Lo que estamos mostrando aquí por primera vez es una capacidad no sólo de rastrear el carbono (…) que está en la selva, sino también el uso de una técnica que nos permite calcular las emisiones», sostuvo Asner en una entrevista telefónica desde Hawáii, donde realiza trabajos en terreno.
«En términos de un tratado internacional del clima, eso es un gran logro», añadió.
Satélites y lásers
Para crear un mapa, Asner y sus colegas usaron imágenes satelitales sobre la vegetación y la forma en que ha sido intervenida.
Luego usaron la información reunida por un laboratorio instalado en un avión con tecnología láser, para producir un mapa tridimensional de los árboles y otra clase de vegetación.
Dado que estas imágenes en tres dimensiones mostraban la estructura específica de las plantas, los investigadores pudieron comparar esta información con datos de terreno para calcular cuánto carbono contenían, explicó Asner.
Utilizando información histórica sobre la deforestación y la degradación de la selva, los científicos también fueron capaces de calcular las emisiones de carbono de 1999 al 2000 en el departamento de Madre de Dios, en el Amazonas peruano.
La deforestación es una destrucción casi total de la selva. En el estudio que abordó una zona del tamaño de Suiza, la selva habitualmente es despejada para criar ganado, la actividad agrícola o la minería.
La degradación forestal, indicó Asner, es la sobreutilización de la selva «al punto en que se desbarata», a menudo como resultado de la tala selectiva y de incendios de baja intensidad.
Otra ventaja del mapa es que muestra los efectos de la degradación, que hasta el momento han sido difíciles de cuantificar.
«Si no tomas en cuenta la degradación te quedarías sin buena parte de las emisiones», dijo Asner. «En esta región (la degradación) envía un 50 por ciento más de carbono a la atmósfera (…) que sólo la deforestación», agregó.
Fuente: El Universo