Las plantaciones de eucalipto, grandes sumideros de CO2 en Galicia

Los bosques gallegos capturan al año un total de 7 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales causantes del efecto invernadero, gracias fundamentalmente a las plantaciones de eucalipto que funcionan como importantes sumideros naturales.

Así lo afirma el catedrático de Edafología de la Universidad de Santiago de Compostela Francisco Díaz-Fierros, que señala que esta especie tan denostada «es la principal responsable de la gran cantidad de dióxido de carbono que se retira de la atmósfera», debido a que tiene mayor tasa de crecimiento que otras especies.

Así, Díaz-Fierros apunta que el 39% del CO2 que se captura en España corresponde a los bosques gallegos, y precisa que el 67% del carbono es secuestrado por los eucaliptos, el 25% por los pinos, y el resto por el castaño y otras especies de crecimiento rápido.

El experto explica que los bosques absorben dióxido de carbono de la atmósfera mediante la fotosíntesis, y que «lo almacenan provisionalmente en los tejidos vegetales, sobre todo en el tronco».

Al igual que los seres humanos, la vegetación devuelve dióxido de carbono a la atmósfera cuando respira, pero el balance entre lo que producen y absorben los árboles en su etapa de crecimiento es positivo, de ahí que se consideren sumideros naturales de gases de efecto invernadero.

A través de la firma del Protocolo de Kioto, los países industrializados se comprometieron a reducir en el período 2008-2012 las emisiones de gases causantes del calentamiento global de la Tierra en un 5,2 por ciento respecto de los niveles de 1990.

Con el objetivo de facilitar el cumplimiento de estos compromisos, el documento reconoce el empleo de los «sumideros» como medida para compensar las emisiones contaminantes, e incluye bajo esta denominación determinadas actividades de uso del suelo, como la forestación, la reforestación o la gestión forestal, entre otras.

El catedrático de la USC afirma que en Europa, donde se ha puesto en práctica este modelo de fijación, «las emisiones se acercaron bastante a los compromisos de Kioto», y añade que en España «también ha habido una tendencia a la bajada en los últimos cinco años».

En Galicia, la empresa maderera-forestal ENCE contribuye con la actividad de su factoría de Pontevedra al secuestro de unos 2 millones de toneladas de dióxido de carbono al año gracias a las plantaciones de eucalipto blanco (eucalyptus globulus), cuya madera es utilizada para la producción de pasta de papel.

En concreto, la empresa cuenta con 12.000 hectáreas de plantaciones de eucalipto en Galicia, Asturias y Cantabria, pero además compra madera a otras empresas y particulares.

El coordinador de proyectos de I+D forestal de ENCE, Fernando Basurco, explica que en ENCE «cortamos los árboles y transformamos la biomasa en un producto, en este caso pasta de papel, por lo que el carbono va a quedar secuestrado en el papel», y añade que el papel se recicla, «por lo que el periodo de secuestro es muy largo, entre 4 y 5 años».

No obstante, hay que tener en cuenta que no todo el CO2 capturado por los árboles queda almacenado para siempre en la biomasa, ya que, según señala el catedrático Díaz-Fierros, «cuando las hojas y los restos de cáscara caen al suelo y se descomponen, hay una parte importante de dióxido que se devuelve a la atmósfera».

«Es difícil determinar con exactitud cuál es la cantidad de CO2 que retorna a la atmósfera al cabo de un cierto tiempo y, por lo tanto, saber cuánto dióxido somos capaces de retirar de una manera permanente. Es algo que todavía está sujeto a discusión», afirma el experto.

En cuanto a la polémica que suscita la presencia del eucalipto en Galicia, Díaz-Fierros reconoce que aunque la especie juega un importante papel en la captura de CO2, es necesario «caminar hacia una silvicultura de conservación que defina un paisaje más nuestro, ya que el bosque representa en Galicia un 1,4 millones de hectáreas, casi la mitad de la superficie».

Por su parte, Basurco considera que sobre el eucalipto pesa una «leyenda negra», y destaca que «al fin y al cabo es un árbol cuya función es absorber CO2 de la atmósfera y producir celulosa y materia seca con el agua que toma».

A este respecto, explica que «para producir un kilo de materia seca el eucalipto tiene un consumo de agua de 306 litros de agua, mientras que otras especies como el roble consume 400 litros para producir la misma cantidad». EFE mmg/jrs

Fuente: http://www.lignum.cl/noticias/?id=18808