El informe final fue difundido hoy, con motivo de la inauguración del período de sesiones del Comité Forestal y la Semana Forestal Mundial en Roma.
La biodiversidad forestal corre peligro debido a la elevada tasa de deforestación y degradación forestal, pero en muchos países se observa una tendencia constante de conservación en zonas específicamente designadas para esta finalidad.
Estos son algunos de los mensajes principales del informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la llamada «Evaluación de los recursos forestales mundiales» 2010 (FRA 2010), la más completa que se haya publicado de los bosques del mundo.
El informe final fue difundido hoy, con motivo de la inauguración del período de sesiones del Comité Forestal y la Semana Forestal Mundial en Roma.
En todo el mundo -indica el informe-, entre los años 2000 y 2010 se convirtieron al año a otros usos como la agricultura o se perdieron por causas naturales unos 13 millones de hectáreas de bosques, en comparación con los 16 millones de hectáreas anuales del decenio de 1990.
Más de una tercera parte de todos los bosques está clasificada como bosque primario, aquél que no presenta indicios visibles de intervención humana, refiere.
Los bosques primarios -explica-, en particular los pluviales tropicales, contienen algunos de los ecosistemas más diversos y con mayor abundancia de especies del mundo.
En todo el planeta, estos bosques ocupan el 36 por ciento (1.400 millones de hectáreas) de la superficie forestal, pero ésta se ha reducido en más de 40 millones de hectáreas, o el 0,4 por ciento anual en los últimos 10 años.
En América del Sur se ha producido la pérdida mayor de bosques primarios, seguida de África y Asia.
Esto no significa necesariamente que estos bosques hayan desaparecido, más bien en muchos casos se han reclasificado debido a la explotación selectiva o a otras intervenciones humanas realizadas en el período del informe, señala la FAO.
Añade que los bosques en los que ha habido intervención humana todavía pueden contener valores importantes de biodiversidad y contribuir considerablemente a la protección ambiental y a los medios de subsistencia, siempre que estén sujetos a una ordenación adecuada.
«Otras amenazas para la biodiversidad forestal son la gestión forestal insostenible, el cambio climático, los incendios forestales, las plagas de insectos y las enfermedades, las catástrofes naturales y las especies invasoras, todo lo cual produce graves daños en algunos países», afirma.
A la vez, la superficie forestal destinada a la conservación de la biodiversidad ha crecido en más de 95 millones de hectáreas desde 1990, y la mayor parte de esta superficie (el 46 por ciento) se designó entre 2000 y 2005, revela el estudio de la FAO.
Actualmente, el 12 por ciento de los bosques del mundo (más de 460 millones de hectáreas) están designados para la conservación de la biodiversidad.
Las zonas protegidas establecidas por decreto, como los parques nacionales, los cotos de caza y las zonas silvestres hoy abarcan el 10 por ciento del total de la superficie forestal en casi todos los países y las regiones.
La función principal de estos bosques puede ser la conservación de la biodiversidad, la protección de los recursos del suelo y el agua o la conservación del patrimonio cultural.
«Los bosques del mundo representan una fuente vital de biodiversidad forestal. Esta biodiversidad es un tesoro importante, especialmente porque se espera que los bosques no sólo se adapten al cambio climático, sino que además contribuyan a atenuarlo», explica el Subdirector General de la FAO, Eduardo Rojas.
La FAO señala que en los países se observa una tendencia cada vez más acelerada a integrar la conservación de la biodiversidad forestal en la planificación y las prácticas de ordenación forestal.
Pero hay una necesidad clara de acción para mejorar la conservación efectiva y el uso sostenible de la biodiversidad en los bosques productivos, en particular en las concesiones forestales.
«Son motivo de gran preocupación la explotación excesiva y el uso insostenible de la fauna silvestre en muchas regiones tropicales, con frecuencia de zonas protegidas y más intensos en los bosques centroafricanos», añade Rojas.
Fuente: Lignum