BOGOR, Indonesia (28 de enero de 2014) _Los niños que viven en zonas de Africa que cuentan con una cobertura forestal densa tienden a tener dietas más nutritivas. Este hecho reafirma la validez de investigaciones que demuestran que los bosques juegan un papel clave en la seguridad alimentaria, asegura un nuevo trabajo publicado en Global Environmental Change.
Frecuentemente se considera esencial el impulso de la producción de cultivos ricos en energía tales como arroz, maíz y trigo, para lograr la seguridad alimentaria mundial, pero si esto sucede a costa de los bosques, en realidad se podría socavar la seguridad nutricional.
“Nuestra investigación muestra que los niños en Africa que viven en comunidades rodeadas por cobertura forestal cuentan con una diversidad más alta en su dieta y un mayor consumo de frutas y verduras”, dijo Amy Ickowitz, economista del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR). “En estas zonas, la diversidad en la dieta aumenta con la cobertura forestal, sugiriendo que en las zonas boscosas densas, los niños tienen dietas más saludables”.
Un reto complejo
A nivel mundial, alrededor de 870 millones de personas no tienen suficientes alimentos y más de dos mil millones padecen por deficiencia de micronutrientes, o “hambre oculta”, de acuerdo con las agencias alimentarias de Naciones Unidas, en tanto que por lo menos1.4 mil millones de personas son obesas o tienen sobrepeso. Los datos de Naciones Unidas proyectan que la población mundial se elevará de siete mil millones a más de nueve mil millones para el 2050, requiriendo un aumento considerable en la producción de alimentos, lo que pondrá más presión sobre los bosques tropicales, que ya están afectados por la expansión agrícola insostenible.
“Cuando se reconoce la importancia del consumo de micronutrientes y de la diversidad en la dieta, la necesidad de ir más allá que simplemente aumentar el área de producción o el rendimiento de los cultivos básicos para lograr la seguridad alimentaria se vuelve clara”, dijo Ickowitz. Evidencia reciente muestra que entre 1980 y 2000, 95 por ciento de tierras nuevas para la agricultura procedían de tierras que anteriormente habían estado cubiertas por bosques, dijo.
En el estudio, los científicos usaron el análisis de regresión para determinar una asociación estadística entre la cobertura forestal y la calidad nutricional en la dieta de los niños. Estudiaron datos alimenticios en encuestas de salud demográfica de 93 mil niños de entre uno y cinco años en 21 países africanos y los combinaron con datos sobre cobertura forestal del Global Land Cover Facility. La regresión encontró una correlación positiva estadísticamente importante entre la cobertura forestal y la diversidad en la dieta.
Delicado equilibrio
Los investigadores trataron de examinar la relación de la cobertura forestal con tres indicadores clave de calidad en la alimentación conectados con la ingesta de micronutrientes – diversidad en la dieta, consumo de frutas y verduras y consumo de alimentos de origen animal.
A lo largo del camino, el estudio hizo una observación interesante: El consumo de frutas y verduras aumentó hasta un pico de 45 por ciento de cobertura forestal, luego descendió a medida que la cobertura forestal aumentaba más allá de ese punto. No se encontró una relación similar entre la cobertura forestal y el consumo de alimentos de origen animal.
Hay tres escenarios bajo los cuales Ickowitz presumía que podría haber un impacto positivo de la cobertura forestal en la nutrición.
Primero, los niños que viven en zonas cercanas a los bosques probablemente tienen un mayor acceso a frutos silvestres, vegetales verdes, larvas/gusanos, caracoles y carne de animales silvestres – alimentos que pueden brindar micronutrientes tan importantes como la vitamina A, hierro y zinc.
Segundo, los hogares que siembran o cosechan agro-bosques en sus tierras pueden beneficiarse con el acceso a frutos y nueces de los árboles.
Tercero, las técnicas agrícolas empleadas en zonas más boscosas pueden dar como resultado dietas más nutritivas porque con frecuencia incluyen la mezcla de mosaicos complejos de cultivos múltiples, dijo Ickowitz.
Mencionó que “el factor determinante que apuntala los tres escenarios es que hay una circunstancia en todos los lugares que impide a las personas tener el mismo acceso al mercado de alimentos nutritivos. Por ejemplo, podrían no ser capaces de comprar bienes en una tienda local debido a la falta de efectivo, o podrían estar viviendo en un lugar distante y depender de los productos naturales de su zona forestal local”.
A pesar de que los científicos encontraron evidencia que vincula la cobertura con los indicadores de calidad de la dieta, sus datos no hacen distinción entre los bosques naturales, las plantaciones, los barbechos antiguos y los agro-bosques.
“No pudimos determinar con nuestros datos si las personas que viven cerca a los bosques están recolectando alimentos más nutritivos en el bosque, si los están cultivando en chacras y en agro-bosques o si se trata de una combinación de ambos”, dijo Ickowitz.
“Los resultados sugieren que la deforestación podría tener un efecto negativo a largo plazo sobre la nutrición, siendo vital que hagamos más investigación para entender mejor las razones de la asociación que hemos encontrado entre cobertura forestal y nutrición”.
Fuente: Cifor.org http://blog.cifor.org/21115/estudio-destaca-vinculo-entre-cobertura-forestal-y-nutricion-infantil#.Uv5_mGJ5N8B
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