El inquietante futuro de los incendios forestales

La frecuencia y la intensidad de los incendios forestales tienden a aumentar en un escenario de calentamiento global. Para intentar predecir cuál será en cada lugar la incidencia de tales incendios en las próximas décadas, se necesitará investigar mucho más de lo que se ha hecho hasta ahora.

Es probable que el fuego, uno de los principales mecanismos que regulan el ciclo del carbono en la naturaleza, se convierta en un factor cada vez más importante de cambio atmosférico, a medida que el mundo se calienta.

Así lo advierte la investigadora Melita Keywood de la CSIRO en Australia.

El vínculo entre el cambio climático a largo plazo y la variabilidad a corto plazo en la incidencia de los incendios forestales es complejo, con realimentaciones múltiples y potencialmente desconocidas.

Los incendios forestales dependen del tipo, calidad y cantidad de material inflamable, y el clima afecta en gran medida a esos tres parámetros del combustible.

Los períodos con mucha precipitación o los niveles altos de dióxido de carbono atmosférico podrían resultar en un incremento del crecimiento de la biomasa, de modo que en cada región, la estación del año más propensa a incendios forestales, podría contar, en los bosques del futuro, con una mayor carga de fuego. («Carga de fuego» es un parámetro técnico que, en esencia, se refiere a la disponibilidad por metro cuadrado de combustible para alimentar un incendio).

Las sequías también pueden dar lugar a biomasa más seca, que arde con mayor facilidad en los incendios. Por su parte, las altas temperaturas y otras condiciones meteorológicas extremas pueden alargar la temporada de incendios, aumentar las probabilidades de igniciones espontáneas que den lugar a nuevos incendios, y ayudar a estos a arder durante más tiempo. Los tipos de vegetación también se alteran en un clima cambiante.

A su vez, los incendios influyen en el clima al emitir a la atmósfera aerosoles y gases con efecto invernadero, y afectan a la capacidad de los ecosistemas terrestres para retener carbono.

Keywood cree que hay algunas evidencias de que la actividad del fuego ya está aumentando en los bosques del oeste de Estados Unidos. Y que algunos incendios excepcionalmente intensos de los dos últimos años en varias partes del mundo, como los Incendios del Sábado Negro de 2009 en Australia, o los incendios de Rusia en 2010, son una muestra del tipo de incendios que resultarán habituales con el auge de las condiciones climáticas extremas asociadas al calentamiento global.

Fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/1983/el_inquietante_futuro_de_los_incendios_forestales/