Chile y Argentina unidos contra la deforestación

En una iniciativa público-privada conjunta, ambos países buscarán detener la deforestación y desaparición del bosque nativo. Durante el lanzamiento de la iniciativa, además, se llamó a la sociedad civil a cumplir un activo rol fiscalizador de la situación

La desaparición de especies nativas en Chile y Argentina impulsó a ambos países a lanzar el primer plan binacional de «Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos».

La iniciativa público-privado –impulsada por varias instituciones, entre ellas Conaf y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina- buscará debatir y difundir el impacto social del desarrollo forestal.

Y concentrará sus energías en la disminución de las emisiones de dióxido de carbono y en la mantención de la biodiversidad. El plan se desarrollará en la ecorregión valdiviana (entre las regiones VII a XI de Chile) y, en Argentina, en la ecorregión chaqueña, que comprende 11 provincias del norte argentino en el Gran Chaco.

Es que mientras la degradación amenaza a los bosques de la ecorregión valdiviana y podría conducirlos a la deforestación, migración del campesinado y venta de predios a empresas forestales, la trasandina zona se ve afectada por conflictos de tenencia de tierras y fumigaciones con agroquímicos.

Generar cambios

Consciente de ello, el presidente de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), Sergio Donoso, instó a generar cambios en la vida de las personas, reforzando vínculos entre el conocimiento y el trabajo en terreno.

«Estamos en un escenario forestal de cambio, en el que la sociedad civil tiene un activo rol fiscalizador en la creación de propuestas para la construcción de un nueva institucionalidad ambiental», aseveró.

Según el último catastro nacional, la superficie de bosque nativo se ha mantenido en rangos similares desde 1997 a la fecha, pero el estado de conservación en términos de estructura y composición ha cambiado.

El senador RN Antonio Horvath explicó que «la erosión y la desertificación compromete a cerca del 60% de la superficie nacional, lo que genera una disminución drástica de la vegetación, especialmente de los bosques nativos que se concentran en el sur».

Asimismo, destacó el impacto que tendrá este vínculo entre países para detener procesos que afectan los suelos y la subsistencia de cientos de familias.

El director ejecutivo de CONAF, Eduardo Vial, en tanto, valoró «el intercambio de experiencias y trabajo conjunto».

«Esta tremenda oportunidad de manejar sustentablemente nuestro bosque nativo nos compromete y plantea un desafío innegable a la Ingeniería Forestal, especialmente si consideramos que la mayor parte del bosque nativo en nuestro país está en manos de pequeños y medianos propietarios que ven en los recursos naturales fuentes de supervivencia y desarrollo social», sostuvo.

Según algunas estimaciones, menos del 20% de los bosques nativos son adecuadamente manejados. La mayoría están siendo destruido o degradado, generando impactos negativos -como aumento de la erosión, desbalance en la regulación hídrica y reducción de la calidad del agua- sobre los servicios ecosistémicos.

La ecorregión valdiviana concentra el 77,1% de los bosques nativos, correspondiente a 10,5 millones de hectáreas. No obstante, dos tercios de los bosques que están fuera de las áreas silvestres protegidas por el Estado presentan algún grado de alteración.

Respecto de la complejidad de la degradación en Chile, el director del proyecto, Rodrigo Pedraza, explica que no es posible trabajar de manera aislada.

«Crear soluciones eficientes depende de toda la ciudadanía, no sólo de la legislación y los servicios públicos. Las organizaciones de la sociedad civil tienen que ser fiscalizadoras y establecer sinergias con la experiencia de los organismos dedicados al resguardo de estas áreas. Sumar, enriquecer la crítica y el trabajo es una vía para reducir este problema».

En Argentina, el panorama no es mejor que en Chile, pues el vecino país enfrenta uno de los procesos de deforestación más fuertes de su historia. El desmonte y la sustitución del bosque del chaco por monocultivos de soja, principalmente, está incentivando que miles de familias abandonen el territorio.

Fuente: www.lignunm.cl