Hablar de esto tomó tiempo. Ecuador es un país con una diversidad biológica importante. En su territorio se alberga y convive con más o menos armonía, una población indígena con expresiones culturales y étnicas variadas y propias, con una raza blanca inmigrada, que ha producido un tejido con entramados cambiantes y colorido.
Pues bien ese Ecuador étnico es la muestra semejante de lo que sucede con los recursos biológicos, que tienen vasta diversidad y se expresa en nichos y sitios con características más o menos peculiares pero observables al ojo de la persona normal, no se diga del especialista.
¿Cómo vivir de esta variedad? Aparenta un desorden que apunta a confirmar la Teoría del Caos. ¿Lo forestal puede ser un camino entendible en esta diversidad de expresiones? ¿La agricultura es ajena a esto? ¿Cómo el hombre se nutre en sus necesidades?
La agricultura es de ciclos cortos y en el país hay expresiones ordenadas de cultivos tanto en la Costa, Sierra y Amazonía. El hombre se ha adaptado a la condición del lugar y ha introducido o ha recolectado de la diversidad existente el fruto que va a cultivar. En lo social, las expresiones autóctonas de los sitios se expresan y hay que tener cierta tolerancia étnica, cultural y personal para apreciarlo. El país lo hace, lo convive.
Y en lo forestal ¿qué sucede? Hace mucho tiempo, gran cantidad de personas sin distinción económica, cultural, étnica, expresan que es de una riqueza excepcional, amplia, extensa, fuerte y potente pero que no se expresa en su total dimensión en la vida del hombre.
Por cierto que las características de la diversidad oscurecen las opciones y las decisiones de caminos u opciones de cultivos. El sentido de cultivar, es ordenar, efectuar acciones realizadas con trabajo para fines determinados.
¿Se conoce de opciones forestales, de rutas forestales en el país? Por cierto que sí. Ecuador y su gente conocen de bosques, de especies, de características de sus maderas, de dificultades de uso y extracción por una topografía montañosa, de su industrialización y de productos de diverso uso.
Lo que el país y sus administradores no terminan de entender, de embeberse de ello, es que el ciclo forestal es largo, es difícil, es costoso pero que es un sistema que al cerrarse es como una locomotora a plena marcha, tiene peso y momentum que lo hacen menos dependientes de los ciclos y la crisis económica; es como sus productos, no perecibles.
La gente de Ecuador necesita que las discusiones hechas (algunas de ellas asombrosas) y sus conclusiones sean realizadas con un plan de acción concreto y sistemático. Se necesita un Administrador Público que entienda al sector y obtenga el compromiso del sector público y privado sobre la ruta a seguir y que ésta no permita sea debilitado por otros intereses sino se actúe con fe ciega sobre el resultado. Este compromiso de hecho necesita ser, y en las conclusiones de esas discusiones buena parte ya está hecha. Esto dará un cambio tremendo al sector forestal.
Cuando usted o yo plantamos un bosque, o cuando manejamos otros bosques como los nativos, estamos haciendo acciones que terminaran en respuestas futuras, es solo cuestión de tiempo, incluso si uno comete errores estos serán una opción para los aciertos, no se puede desmayar. Este largo ciclo se cierra y se cierra cuando la producción llega.
Ecuador tiene todos los colores de situaciones forestales, ordenemos ellas y adelante con las acciones. Por ahora se habla de un sistema que promueve plantaciones; pues bien finalicémoslo de una vez por todas de modo que produzca resultados formando una masa de plantaciones que sea generadora de bienestar y riqueza, que chorree aquello en el campo y la cuidad. Eso es que los bosques plantados y manejados hacen.
¿Acaso las decisiones importantes no llevan una buena cuota de fe, de riesgo y de seguridad? ¡Hay espacio para todos!
Redacción: Ing. Fernando Montenegro/ Ecuador Forestal