La ONU lanzó este lunes en Fortaleza (noreste de Brasil) la Década de Lucha contra la Desertificación (2010-2020), un problema que avanza a marchas forzadas y amenaza la subsistencia de más de 1.000 millones de personas, el medio ambiente y el acceso a los alimentos.
«Nuestro objetivo en esta Década es revertir la desertificación, para mitigar sus efectos en la pobreza y en la sustentabilidad del clima», declaró el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU Contra la Desertificación (Unccd), Luc Gnacadja.
Las tierras secas y los desiertos son hoy el hogar de uno de cada tres habitantes en el mundo (2.100 millones de personas, el 90% en países en desarrollo) y 1.000 millones tienen su subsistencia amenazada por la desertificación.
Esas tierras suman hoy más del 40% de la superficie del planeta, sustentan un tercio de las cosechas y 50% del ganado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió «una respuesta global» para atajar ese flagelo, en un mensaje leído en el evento.
«La gran mayoría de los 2.000 millones de personas que habitan las tierras secas del mundo viven con menos de un dólar al día y sin acceso adecuado a agua», denunció el jefe de la ONU.
Doce millones de hectáreas de tierra apta para cultivos (más o menos el tamaño de Grecia o Nepal, que permitirían alimentar a seis millones de personas), se pierden cada año por el avance de la desertificación y la erosión de suelos. Las pérdidas por ese fenómeno se calculan en 42.000 millones de dólares de potenciales ingresos perdidos anualmente.
El fenómeno de la desertificación está altamente vinculado con el cambio climático que augura un acceso al agua cada vez menor, en un momento en que el mundo ya asiste a sequías e inundaciones cada vez más severas y prolongadas.
«Con el escenario de cambio climático, cerca de la mitad de la población mundial estará viviendo en áreas de gran estrés de agua en 2030», según la Unccd.
Además representa una seria amenaza a la seguridad alimentaria. Hacia el 2050 los cálculos indican que el mundo tendrá 3.000 millones de nuevas bocas que alimentar, lo que hace todavía más necesario resguardar las tierras.
Aunque el desafío es formidable, un dato es positivo: proyectos en varias partes del mundo han mostrado que es posible rehabilitar tierras, aprovechar mejor el agua y mejorar significativamente la vida de sus habitantes.
Uno de esos ejemplos presentado por la ONU es la rehabilitación del área montañosa de Loja (al sur de Ecuador y 80% afectada por la desertificación), con un ingenioso proyecto de plantación de cercas vivas de nopal (cactus), que contrarrestan la erosión, protegen los cultivos y ayudan a producir cochinillas, usadas para fabricar tintes.
En Kenia, un proyecto de aprovechamiento del agua de lluvia y técnicas agrícolas para enfrentar la endémica sequía, permite hoy a Lotira Nyadit alimentar a su numerosa familia: «Estoy cultivando mi propio sorgo y ya no tengo que mendigar por comida», afirma en una declaración divulgada por la Unccd.
La Década de Lucha Contra la Desertificación fue lanzada durante la Segunda Conferencia Internacional sobre Clima, Sostenibilidad y Desarrollo en Regiones Semiáridas (ICID 2010), que se inauguró este lunes en Fortaleza y que es preparatoria de la conferencia mundial Río+20, la Conferencia de la ONU sobre desarrollo y medioambiente que se celebrará en 2012 también en Brasil.
Fuente: El Universo