Las quemas con fines agrícolas son una de las principales causas de los últimos incendios forestales en la región andina. El fuego ha afectado a siete provincias. Hasta el momento han desaparecido 2 074 hectáreas de bosques. En provincias como Imbabura, por ejemplo, se han consumido más hectáreas en lo que va de este año (2016) en relación con igual período del 2015. Los bomberos Alexander Mejía y Jorge Andrade patrullaban en motocicleta, el lunes, las montañas que rodean a Ibarra. Allí detectaron una quema agrícola causada por un campesino de San Antonio. Supuestamente limpiaba la vegetación seca de un terreno y las llamas fueron apagadas. En esta tarea de prevención trabaja la Unidad de Motos del Cuerpo de Bomberos de Ibarra. Se trata de una estrategia para frenar los incendios forestales, comenta Santiago Coba, comandante encargado. Si bien de enero a agosto de este año hubo menos incendios, hay más hectáreas afectadas que en el año anterior, explica Jorge Bassante, coordinador de la Zona 1 de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR). Por esta razón, la SGR capacitó a 3 500 personas en Imbabura.
El objetivo es disminuir la incidencia de quemas forestales en páramos y bosques. Sin embargo, Bassante reconoce que este problema persiste.
En Ibarra, hace dos meses, la Unidad de Riesgos del Cabildo puso en marcha un plan de contingencia. Una de las iniciativas es conformar brigadas en barrios y comunidades. “Nos hace falta trabajar más en capacitación, la gente no está bien informada”, señala Dayana Albán, directora de gestión ambiental municipal. En Quito (Pichincha), hubo daños por incendios y por conatos en varios lugares, como en el cerro Atacazo. Las quemas de pajonales, chilcas, achupallas, bosques de eucalipto y troncos también han sido las más atendidas por los cuerpos de Bomberos de Tungurahua y de Cotopaxi. Según los rescatistas de Latacunga, les falta apoyo de las Fuerzas Armadas. En el 2015, los uniformados de la Brigada Patria, por ejemplo, apoyaron su trabajo en dos ocasiones. Según Omar Arroyo, bombero de Latacunga, los fines de semana es cuando más quemas agrícolas hay. El fuego para quemar troncos de árboles y plantas, basura y hierba mala se propaga por el viento. “Las quemas agrícolas aumentaron y es porque los propietarios no toman precauciones. Este año no tenemos indicios de incendios provocados por pirómanos, como el año anterior”, comenta Arroyo.
Según el bombero, las campañas de prevención dan resultado en las comunidades del occidente de Cotopaxi. Junto con la SGR dictaron talleres sobre los efectos por quema de pajonales y plantas nativas. En Tungurahua, los incendios forestales de este año se han presentado en Tisaleo, Ambato, Píllaro y Baños. En algunos sectores, los bomberos no pudieron llegar a quebradas o lomas muy empinadas.
Según Ángel Barriga, bombero de Baños, estos incendios también se dieron por la acumulación de materia orgánica seca y la sequía de hace algunas semanas. “A pesar de las campañas preventivas de que no arrojen basura, aún lo hacen en algunas quebradas”. En Azuay, los incendios regresaron a mediados de julio y han consumido más de 600 hectáreas. El incendio más grave ocurrió en Avilahuaycu, una zona montañosa de la Reserva de Biósfera del Parque Nacional Cajas de Cuenca, donde se perdieron 20 hectáreas de pajonales. La quema duró dos días y fue controlada por personal de Riesgos, bomberos y guardabosques de Etapa. También se han registrado incendios en los cantones de Oña, Nabón, Girón y Sígsig.
La SGR también impulsa la campaña de prevención Protejamos Nuestros Bosques, con el apoyo de otras entidades, dirigida a las juntas de agua, juntas parroquiales, entre otros.
Fuente: El comercio
www.elcomercio.com/actualidad/fuego-incendiosforestales-bosquesandinos-ecuador-imbabura.html.
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