Los minifundistas, los propietarios de bosques familiares y las comunidades forestales de todo el mundo son actores esenciales para la gestión responsable de los bosques.
Casi la mitad de los bosques de Europa pertenecen a propietarios privados que a menudo gestionan parcelas muy pequeñas.
Sin embargo, los pequeños propietarios suelen enfrentarse a multitud de problemas para cumplir los requisitos de los procesos y estándares de certificación de FSC.
Una de las principales prioridades de FSC es ayudarles a superar estos escollos para aumentar el número de pequeños propietarios certificados.
Sin embargo, a pesar de la implantación de procedimientos específicos para SLIMF, que se han adaptado a muchos Estándares Nacionales de FSC, los problemas no se han solucionado. Algunos pequeños propietarios carecen de los recursos necesarios para cumplir los Principios y Criterios de FSC, otros necesitan ayuda para traducir los tecnicismos de los informes de auditoría o los requisitos de gestión forestal. Quizás decidan buscar formación técnica por su cuenta, pero los cursos profesionales pueden resultar caros y no siempre se imparten a nivel local.
Aunque la certificación FSC permite a los productores acceder a precios bonificados, a las empresas más pequeñas les resulta más difícil obtener financiación para sus inversiones debido a que su tamaño aumenta el riesgo. Asimismo, los pequeños propietarios pueden tener dificultades para acceder a los mercados y establecer compromisos a largo plazo con los compradores.
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